Vilcabamba: el lugar donde se concentran los problemas del VRAE
Vilcabamba representa el inicio de la ‘tierra de nadie’ en el VRAE. Es la entrada a un espacio tomado por los remanentes del grupo terrorista Sendero Luminoso para sus actividades ilícitas relacionadas al narcotráfico.
La periodista Nelly Luna viajó hasta esta zona y explicó el grado de aislamiento y falta de control policial que se puede apreciar en dicha localidad. Ambos elementos son clave en la falta de dominio del estado sobre este territorio.
Esto es lo que publicó en el diario El Comercio:
Vilcabamba es uno de los distritos declarados en emergencia del VRAE. Para llegar hasta allá, se parte de Pichari la sede del comando especial, y se recorre la vía recién construida de Kimbiri-Kepashiato. Esa trocha de lodo y abismos reta a la destreza en el volante. No hay policías ni militares en la ruta, solo un puesto de control del Comité de Autodefensas. Después, nada; hasta Kiteni, un caótico poblado invadido de decenas de camionetas 4×4 y cientos de cajas de cerveza. Luego se llega a Echarate, después a Quillabamba, capital de La Convención, y finalmente, luego de más de 15 horas, se arriba a Vilcabamba.Este eje es fundamental para el traslado de cocaína hacia Brasil y, con frecuencia, la policía encuentra vehículos con droga. Pero más arriba, hacia las montañas de Incahuasi y Villa Virgen, no existe control territorial. A Incahuasi, por ejemplo, solo se llega luego de 15 horas de camino desde Vilcabamba, o ingresando por Abancay. Lo mismo sucede con los poblados que se encuentran en las alturas de Villa Virgen, que pertenecen al Cusco, pero se accede por Ayacucho. La deficiente interconexión vial es una de las debilidades en la lucha contra las drogas en el VRAE. En Vilcabamba ni siquiera hay señal de celular.
La participación de los ronderos del VRAE
Por otro lado, la reportera María Elena Hidalgo, del diario La República, resaltó la presencia de los ronderos, quienes en la década de 1990 tuvieron un rol clave en la lucha contra Sendero Luminoso.
Actualmente, en la zona de Vilcabamba, los ronderos destacan por su conocimiento geográfico y su facilidad para desplazarse por esta zona. Es por esto que han solicitado mayor participación en la lucha contra los remanentes terroristas.
Sin embargo, la cooperación de los ronderos no es sencilla, debido a que hay una mutua desconfianza entre las Fuerzas Armadas y ellos. Esto, debido a que los militares ven una fuerte posibilidad de infiltración de los terroristas en las rondas.
La desconfianza también viene de parte de los ronderos, quienes sienten que los militares les quitan autoridad en las poblaciones en las que viven.
Así informó al respecto La República:
Las Fuerzas Armadas miran con cautela la cooperación de las rondas de autodefensa.El propio "Zorrito" (jefe de rondas de autodefensa) reconoció que entre sus compañeros habría infiltrados. "Al poco tiempo de terminar una asamblea, el 'camarada Gabriel' se comunicó conmigo y me reprochó por las cosas que había dicho sobre él en esa reunión. Alguien le había contado todo", manifestó Antonio Pariona."Existen muchas posibilidades de infiltración, por eso lo que hacemos es reclutar guías. Luego de una exhaustiva evaluación, salimos a patrullar. No podemos poner en riesgo una misión ni la vida de los efectivos. No negamos el valor de la contribución de las rondas de autodefensa, pero hay que tomar las debidas precauciones", indicaron las fuentes del Comando Especial del Vrae.
El jefe de rondas de autodefensa, Antonio Pariona Haurcaya, dijo que necesitaban el respaldo del Estado peruano. En el pasado, explicó, las viudas y los huérfanos de los ronderos que cayeron en combate quedaron desamparados. Lo mismo los que resultaron lisiados por los disparos o las minas antipersonales caseras.
Lo cierto es que se fijó en 39 mil soles la indemnización para los deudos de los ronderos caídos en combate, 31 mil 200 soles para los que resultaran afectados por discapacidad permanente y 20 mil 800 soles para aquellos con discapacidad temporal. Pocos resultaron favorecidos por los enormes obstáculos burocráticos.
"Ni un sol ni las gracias han recibido", señaló "Zorrito". "No queremos que eso se repita. El Estado debe emitir leyes que protejan y aseguren a los civiles, como los miembros de las autodefensas, que participan en la guerra contra Sendero Luminoso. Por lo menos que nos devuelvan los combustibles o los alimentos que destinamos a la persecución de los terroristas. A lo más el Ejército nos han dado zapatillas y camisetas, pero eso es simbólico. Requerimos ayudas concretas. Si a los soldados los estimulan con un monto por lucha en zona de emergencia, algo se debe hacer por los ronderos que también ponen en juego sus vidas. Debe ser igual para todos".